Pisa atraviesa una temporada complicada, ubicándose en el puesto 16 con solo 10 puntos tras 12 jornadas, un balance marcado por una única victoria, siete empates y cuatro derrotas, cifras que reflejan sus dificultades ofensivas —con apenas 10 goles anotados— aunque acompañadas de ciertos momentos de solidez defensiva, pese a los 16 tantos encajados. En sus últimos diez partidos de liga, el equipo ha mostrado una tendencia a los duelos cerrados, con apenas un triunfo, seis empates y tres caídas, promediando 0.9 goles a favor y 1.4 en contra, además de un bajo 40.4% de posesión y 9.5 remates por encuentro, indicadores que explican su falta de protagonismo ofensivo y la necesidad de partidos controlados. No obstante, su rendimiento como local ofrece un panorama más alentador: Pisa llega invicto en sus últimos cuatro compromisos en casa, con tres empates y una victoria, y promedios muy equilibrados de 0.8 goles anotados y 0.8 recibidos, una tendencia que respalda su competitividad en el Arena Garibaldi frente a rivales teóricamente superiores.
Inter de Milán se mantiene firme en la zona alta de la Serie A, ocupando el cuarto lugar con 24 puntos gracias a un balance de 8 victorias y 4 derrotas, sustentado por un ataque poderoso que suma 26 goles y una defensa relativamente sólida con 13 tantos encajados. Su rendimiento reciente en liga también respalda su condición de candidato, con 7 triunfos y 3 derrotas en sus últimos diez compromisos, promediando 2 goles a favor y 1.1 en contra, además de un dominio claro de los partidos reflejado en casi un 60% de posesión y más de 18 remates por encuentro. No obstante, el equipo llega atravesando un pequeño bache competitivo tras encadenar dos derrotas consecutivas —1-0 ante el AC Milan en Serie A y 2-1 frente al Atlético de Madrid en Champions— una racha que podría influir en la gestión de esfuerzos y motivar un enfoque más pragmático en su visita, mientras buscan recuperar estabilidad y volver a la senda ganadora.
